Si bien la limpieza es un paso aparentemente sencillo y no merece mucha discusión, es recién después de la limpieza de las vainas cuando pueden detectarse aquellas fallas estructurales que no resultan evidentes cuando la vaina se encuentra sucia.
Es innecesario mencionar que de esas fallas estructurales depende la seguridad del tirador.
En el artículo de Recarga de Cartuchos Metálicos I se describió en forma general la secuencia de los pasos para la recarga de los mismos. Entraremos ahora en los detalles de cada uno de estos pasos. Lo dicho aquí es válido indistintamente tanto para la recarga de cartuchos de armas cortas cómo de largas.
Sí bien las vainas pueden ser limpiadas a mano de a una por vez con un trozo o un poco de viruta de acero, el proceso es lento, pero para aquel que recarga unos pocos tiros resulta ideal. Presenta la ventaja de permitir realizar la inspección ocular y táctil de las vainas con muy buenos resultados, al mismo tiempo que se las limpia.
En éste caso, el interior del cuello debe ser emprolijado con un cepillo circular de metal. El carbón y la grasa que se acumulan en ésta zona, tienen el efecto de alterar la precisión del arma. El carbón hace que la punta asiente dentro del cuello con presiones de encaje diferentes a lo largo de la circunferencia. Al momento de separarse el proyectil de la vaina por efecto de los gases, lo hará en forma despareja, pudiendo entrar al cañón no alineada con el eje axil del miso.
Algo similar ocurre con la grasa residual que permanece dentro del cuello, que hará que las porciones no engrasadas de la pared ejerzan más presión sobre la bala, liberando más tarde la porción de la punta que no está en contacto con el lubricante.
Además de esto la grasa suele atrapar gránulos de pólvora que quedan pegados a la pared interna del cuello, convirtiéndose esto en un nuevo factor agregado que atenta contra la precisión.
Otra forma económica, pero muy lenta y engorrosa de limpiar las vainas, resulta de lavarlas con agua tibia y detergente. Si bien los resultados estéticos finales no son tan buenos, brinda un mayor poder de remoción de los restos de carbón y lubricantes alojados en el interior de la vaina. Una vez enjuagadas se las coloca boca abajo al sol. No debe intentarse secarlas al horno ó sobre una estufa, ya que esto puede alterar las estructura del latón, tornándolas excesivamente frágiles.
Por supuesto que existe un método muy superior, que limpia las vainas tanto por dentro como por fuera, y que arroja excelentes resultados estéticos. Éste es el "tumbler" ó agitador mecánico, que fue descrito en el número anterior, y que resulta ideal para aquellos que recargan grandes volúmenes de munición. Las vainas procesadas de esta manera lucen como nuevas y no requieren de trabajo manual por parte de quien recarga.
Sea cual sea el método utilizado, aquellas vainas que presenten signos de deterioro como rajaduras, abolladuras, corrosión ó indicaciones de debilidad estructural, deben de ser separadas y destruidas. Se debe inspeccionar el cuello, las paredes y el oído del fulminante. En particular es necesario prestar atención a los indicios de una probable separación entre la base y el cuerpo de la vaina.
Este último fenómeno, si bien raro, es altamente peligroso por sus consecuencias; el escape de gases en forma retrógrada hacia la cara del tirador. Por lo general es indicación de un excesivo "head space" ya sea por falla estructural de la recámara (muy raro), o por un error de técnica durante el trafilado de la vaina (más frecuente).
La limpieza correcta de las vainas tiene la virtud de permitirnos ver los signos externos de un excesivo head space, lo que nos permitirá corregir el error a tiempo. Más adelante en éste artículo se verá la técnica empleada para revisar las vainas por dentro, en busca de indicios que puedan detectar y alertarnos sobre una futura separación. En cuanto a la medición del head space para aquellos que practican tiro de precisión será tratada en un artículo por separado.
Responsable por la seguridad del tirador y la precisión del arma, éste concepto es poco entendido por los que recargan que tienden a ignorarlo.
El head space. Las dos líneas horizontales en color azul representan los límites anterior y posterior del head space. Los extremos libres de las líneas rojas que forman la "T" invertida señalan la dirección de flujo del material durante la deflagración.
¿Qué se entiende por head space? No conozco la palabra técnica en español, ya que es un concepto relativamente moderno, y que probablemente se originó en un país angloparlante. Podría traducirse como "espacio de cabeza", pero indudablemente esto no ayuda a aclarar el concepto. Y el mismo es importante, por su capacidad potencial para crear un accidente, y por el deterioro que ejerce sobre la precisión cuando se halla alterado.
El head space se define como el espacio existente entre dos líneas imaginarias (indicadas en la fotografía) y paralelas entre sí. La primera línea cruza en forma paralela a la cara inferior formada por la base de la vaina, y está representada por la cara anterior del cerrojo que apoya contra esa base. Hacia delante o arriba, la segunda línea cruza a la vaina a 90 grados exactamente a la mitad del hombro de la misma. Estas dos líneas imaginarias representan el espacio dentro del cual la vaina es contenida en la recámara durante la deflagración.
Este espacio puede estar "alargado" fundamentalmente por dos motivos. El cerrojo se halla muy atrás con respecto al hombro de la recámara cómo cuando se altera el espesor de las mortajas involuntariamente, ó, y esto es lo más frecuente, durante el proceso de rectificación de la vaina hemos empujado accidentalmente el hombro de la misma hacia atrás. L motivo más infrecuente para que el head space se encuentre alterado es cuando la recámara se encuentra alargada por un error de fabricación.
En cualquiera de estas situaciones, el hombro de la vaina no apoya por delante en su totalidad contra el hombro de la recámara, quedando un espacio libre entre ésta y el hombro de la vaina. Es éste espacio libre anormal el que permite que las paredes de la vaina se "estiren" durante la deflagración.
Durante la deflagración las paredes de la vaina son empujadas hacia fuera y hacia delante siguiendo la dirección de las flechas de la foto, hasta copiar las medidas de la recámara que las contiene. Si el eje longitudinal de expansión se halla fuera de medida, ya sea por que el cerrojo está muy atrás, ó el hombro de la vaina fue desplazado, se genera un espacio anormal que permite a las paredes de la vaina "estirarse" longitudinalmente en forma excesiva.
Dependiendo de las medidas de ese espacio anormal, puede que las paredes de la vaina resistan el estiramiento una vez ó más antes de separarse, pudiendo ocurrir la separación en el primer disparo. Sí la vaina no se parte, las consecuencias se verán en la agrupación errática producida.
Pero, sí la vaina se fractura los resultados son evidentes en el momento, y por lo general suelen ser muy desagradables. Por empezar, parte de la misma queda alojada dentro de la recámara tornándose muy difícil extraerla. La salida de gases hacia el exterior, particularmente hacia el rostro del tirador puede llegar a ser peligrosa, a pesar de los diferentes mecanismos para deflectar los gases retrógrados que poseen las armas modernas.
Este estiramiento del material del cuerpo de la vaina se produce siempre a expensas de la unión entre la base de la misma y el cuerpo, donde las paredes son más gruesas.
¿Cómo se detecta una separación eminente en una vaina? Es casualmente después de una limpieza profunda donde se comienzan a apreciar los primeros signos. En la parte inferior del cartucho se forma un anillo que brilla más que el resto de las paredes. Este anillo brillante comienza por encima de la ranura de extracción y se extiende unos 4 ó 5 milímetros hacia arriba, alrededor de la vaina. La zona más brillante corresponde a la porción de la pared que sufre el "estiramiento", produciendo un área de adelgazamiento sobre la cual posteriormente se producirá la separación.
Ante la aparición de estos signos, existe un método práctico, rápido y confiable para determinar el grado de daño estructural. Tome un clip metálico para papel y estírelo. Doble uno de sus extremos en ángulo recto cómo se observa en la fotografía. Le quedará una "L" con una pata muy corta, digamos de 5 mm. Ahora tiene un instrumento muy sensible para detectar variaciones o fisuras en el interior de la vaina. Introdúzcalo en la misma hasta tocar el fondo y apoyando la pata corta sobre la pared, llévelo hacia arriba. Repita la operación en distintos puntos alrededor de la vaina. Una fisura es fácilmente detectada de esta manera. Puede también ayudarse con una linterna de fibra óptica como las utilizadas para revisar los cañones. Si los resultados son positivos Ud. tiene un problema con el head space que debe de ser atendido inmediatamente, y la vaina debe de ser destruida.
Pero recuerde que la separación de una vaina puede estar dada también por un exceso de veces que se la ha recargado. Si de un mismo lote recargado igual cantidad de veces una sola vaina presenta este problema, es posible que se deba a envejecimiento del material de la misma. Si por el contrario, varias vainas de ese mismo lote están dañadas entonces debe pensarse en un problema del head space, ya sea por defecto del arma ó por error de técnica al recargar.
Otro elemento que debe inspeccionarse cuidadosamente son los fulminantes de las vainas servidas. Un fulminante perforado es indicación de una aguja de percusión mal pulida ó extremadamente filosa, antes de que un signo de presión elevada. Haga revisar la misma por un armero competente.
Un fulminante sobresaliendo de su cavidad puede ser indicio de una carga demasiado baja. En este caso la carga empuja el fulminante hacia atrás (esto es normal) pero carece de la energía necesaria como para empujar en un segundo tiempo la vaina contra la cara anterior del cerrojo, que es la encargada de "devolver" al fulminante a su lugar. Por el contrario, si se halla aplanado y alcanza a recubrir los bordes del oído es indicación bastante segura de una carga muy alta.
Aprenda a reconocer estos "síntomas", ya que tanto las cargas bajas cómo las altas son potencialmente peligrosas por las explosiones que generan.
Un head space excesivo puede generar un fulminante aplanado, aún trabajando dentro de presiones seguras. Al existir un espacio anormal entre la cara anterior del cerrojo y la base de la vaina, las presiones generadas, primero por el propio fulminante y luego por la carga de pólvora, aún siendo normales, pueden impulsar al fulminante afuera de su oído, aplanándolo contra el cerrojo.
Sí después de haber bajado la carga los fulminantes continúan aplanándose, el problema está en el head space, ya sea por que la recamarada está fuera de dimensiones, o por que al trafilar está llevando el hombro hacia atrás.
Si el oído del fulminante se halla agrandado por excesiva rectificación del mismo, puede dar lugar a escape de gases hacia atrás, que aparecerán como una mancha negra sobre la base y alrededor del oído y las paredes de la vaina (ver fotografía). Esto también será una causa de pérdida de la precisión, ya que la combustión se verá retardada. Este fulminante también puede lucir aplanado ya que será expulsado de su cavidad, "rebotando" contra el cerrojo.
La forma en que luzca un fulminante debe de ser tomada como un síntoma de uno ó más problemas que puede presentar la munición, el arma ó ambas en conjunto. Por sí misma no hace un diagnóstico de certeza sobre el problema. Para esto último es preciso tomar en consideración todos los otros parámetros de la ecuación; carga, tipo de punta, dimensiones del oído, head space del conjunto munición/arma, temperatura ambiente, etc.
De todos los componentes que conforman el binomio munición/arma, la vaina es la parte más débil de todo el sistema. Es por lo tanto lógico que las primeras indicaciones de que algo está mal, aparezcan en la misma. La visualización de estos signos depende de la limpieza correcta y de la inspección detallada de la vaina, de aquí la importancia de este proceso.