Cazar en la montaña es una actividad que requiere de grandes cantidades de calorías por el intenso ejercicio físico al cual nos sometemos, y por la considerable disminución de la temperatura ambiente.
Texto y fotografía: Daniel Stilmann
Ambos factores consumen enormes cantidades de energía, doblando las colorías necesarias en condiciones normales.
Desde el punto de vista logístico, alimentarse a grandes alturas representa un problema de consideración, ya que el peso de lo que puede acarrearse está limitado, pero cazar sin alimentarse, particularmente bajo esas temperaturas, no es factible.
La técnica de cacería que se aplica en la montaña es relativamente simple. Uno se levanta mucho antes de la salida del sol, desayuna bien, carga los equipos junto con algo para comer a lomo de burro, ó sobre los hombros, y parte. El concepto general es retornar al campamento base al anochecer, pero puede suceder que éste no sea el caso, y que sea necesario hacer noche afuera, eventualidad que debe de contemplarse y que nos obliga a acarrear alimentos y abrigo de reserva.
La idea de partir temprano consiste en alcanzar un punto estratégico con vista panorámica antes del amanecer, y desde dónde poder utilizar los telescopios para localizar a las presas. Una vez que se ha ubicado al animal se planea el rececho, que puede llevar más de un día en completarse, se abate la presa y se procede a sacarla del lugar.
Parte de esto se realiza a caballo, parte a pie, pero cómo sea puede llevar muchas horas de actividad física continua y extenuante, bajo condiciones climáticas que distan de ser las ideales. Por esto es imprescindible poder alimentarse correctamente y beber agua o líquidos azucarados en abundancia.
Las condiciones de éste tipo de cacería hacen que un factor a considerar sea el peso que uno puede transportar. Por ello es que en la montaña sólo se acarrean alimentos deshidratados y de muy alto valor calórico.
Las proteínas y carbohidratos proveen cuatro calorías por gramo, mientras que las grasas aportan nueve calorías por igual medida de peso.
Ya que las proteínas tardan más que los carbohidratos en metabolizarse, lo ideal es consumir mezclas deshidratadas de grasas y azúcares (carbohidratos).
Las sopas deshidratas ensobradas son ideales para esto, en particular las denominadas sopas crema. El agua se consigue en la montaña evitando así su acarreo. El inconveniente es que requieren de un jarro y de fuego para cocinarlas y eso significa equipo y peso extra. Lo mismo ocurre con la leche en polvo.
Otro alimento adecuado son las mezclas de frutas secas con diferentes nueces, las cuales proveen grasas y azúcares, pesan poco, son agradables y se pueden comer sin necesidad de detenerse. Lo mismo puede decirse de las "barras de energía" de cereales y frutas, y del chocolate.
Particularmente prefiero acarrear un poco más de lastre pero comer cosas cómo quesos, huevos duros y embutidos, pero cómo proveen más calorías por gramo, al final el peso a transportar resulta similar. O una mezcla de estos fiambres y cosas dulces.
Recuerde que en el peor de los casos sólo deberá alimentarse de ésta manera por dos días, por lo tanto no es necesario que el menú sea muy variado. Por otro lado, y sí no desea complicarse la vida, cualquier tienda de alpinismo podrá indicarle que alimentos en sobre puede comprar para tener una dieta tipo gourmet, variada y liviana.
Cazando en estas condiciones se consumen unas cinco mil calorías por día, de manera que al preparar la mochila antes de salir del campamento base debe asegurarse de que transporta al menos unas 10.000 calorías, cantidad para resistir un par de días. La montaña no es el lugar ideal para comenzar una dieta hipocalórica.
Algo a lo que se le presta escasa atención es la importancia de mantenerse correctamente hidratado, sobre todo en estas condiciones extremas.
De un buen balance hídrico depende el funcionamiento correcto del organismo, y para lograr esto es necesario ingerir al menos dos litros de agua por día.
Caminando a grandes alturas la pérdida de agua es imperceptible, ya que las temperaturas son bajas. La forma de mantenerse correctamente hidratado es bebiendo pequeños sorbos de agua cada tanto, aunque no se tenga sed.
Para constatar sí se está correctamente hidratado es observando el color de la orina emitida. La misma debe de ser muy de color claro o transparente, señal de que nuestro balance de agua es positivo. Sí se orina de color amarillo oscuro es porque uno se encuentra en balance negativo.
Una pérdida de agua que en el llano no resultaría importante, en la montaña puede transformarse en un problema serio. En particular realizando ejercicios físicos extenuantes para los cuales no estamos preparados, expuestos además a las bajas concentraciones de oxígeno reinantes en la altura. Para una persona sedentaria, fumadora, y mayor de 40 años es una invitación a serios problemas cardíacos.
Por eso es que antes de escalar es necesario prepararse físicamente, durante la cacería es necesario descansar bien, además de comer e hidratarse adecuadamente, y por sobre todas las cosas, moverse despacio. Esto último no sólo para evitar desbarrancarse. Además porque de ésta manera no atraerá tanto la atención, conservará más energía, podrá apreciar mejor lo que lo rodea, y porque de estará reduciendo notablemente las probabilidades de hacer una insuficiencia coronaria, lo cual puede arruinarle a Ud la cacería, y todo una temporada de trabajo a su guía.
Sí en la zona dónde se encuentra hay agua por doquier, lleve solamente una pequeña cantimplora vacía. Cuando tenga sed puede cargarla con agua, la cual debe de potabilizar con las correspondientes pastillas ó con filtros adecuados para ello. De ésta manera estará evitando de acarrear peso extra. El agua de montaña luce pura, al igual que la nieve, pero rara vez lo es, y frecuentemente está contaminada con parásitos y bacterias provenientes del tracto digestivo de otros animales, de manera que no se engañe. Lo peor que puede pasarle allá arriba es contraer una infección intestinal, con la consecuente pérdida de agua. Simplemente puede convertirse en el fin (poco decoroso) de la cacería.
Sí no tiene pastillas potabilizadoras puede hervir el agua, pero recuerde que en la montaña eso toma un largo tiempo y consume combustible que deberá de subir. Las pastillas y los filtros son baratos y pesan poco, de manera que no olvide tenerlos. El problema de las pastillas potabilizadoras es que a veces saben mal.
Dadas las circunstancias en que transcurre la cacería, la comida fuerte del día es el desayuno. El almuerzo es al paso, aunque la cena, sí hay tiempo para ello y se puede retornar al campamento base, suele ser buena. Por lo tanto hay que sacar el mejor provecho posible de esa comida inicial.
Durante el desayuno es aconsejable ingerir comidas ricas en grasas, cómo huevos, tocino y embutidos, con pan, manteca y abundante café o té azucarados. Ésta ingesta debe de proveerle las calorías necesarias para mantenerse en pie hasta las once de la mañana, haciendo ejercicio y en un clima frío, de manera que no dude en ingerir todo lo que pueda.
Sí va a cazar con un guía, en particular en el extranjero, asegúrese de ponerse de acuerdo en estos detalles previamente. No necesito describirle lo que puede ocurrir sí una vez en Mancharía Ud. decide que la comida rápida local no es de su agrado.