En una nota anterior nos referimos al cuchillo ideal para la caza de rececho. En esta trataremos las características del cuchillo de acecho.
Un viejo aforismo de la caza de aguardo dice que el peso del equipo no es condicionante del mismo. Esto es, los componentes del equipo que se lleva al apostadero no están limitados por su peso cómo ocurre en le caza de rececho. Partamos de la base de que para trasladarnos al apostadero lo hacemos normalmente en vehiculo, por lo tanto el exceso de equipaje y su peso no representa un problema.
Aún sin no se puede llegar en vehículo al lugar escogido, y se hace inevitable caminar un trecho, siempre podremos cargar todo lo que necesitaremos para una noche o un dia de espera en una buena mochila.
Esto significa que de desearlo podremos llevar dos o tres cuchillos, del tamaño y forma que se nos ocurra, una chaira y una piedra de afilar, una sierra, y hasta una tijera de trozar, ya que para trasladar toda la parafernalia que necesaria para el manejo de la res no nos veremos obligados a realizar sacrificio alguno.
Además, sí tenemos la suerte de cazar no tendremos que cargar el trofeo al hombro, y el que algunas ves lo hizo sabe lo que esto significa, o todo el animal si vamos a aprovechar la carne y piel, ya que la res será transportada en vehículo o a caballo hasta la casa, campamento o galpón utilizado como campamento base.
Las funciones que el cuchillo empleado en el acecho debe de cumplir están solamente relacionadas con el tratamiento y preservación de la carne del animal, y eventualmente cortar alguna rama que moleste nuestra visión para el tiro.
En éste tipo de cacería lo primero y único que se hace luego de abatir a la presa es aviarla o eviscerarla, y en el caso de que sea macho remover los genitales para que la carne no tome mal gusto, ya que el resto de la faena se completa en el campamento.
El motivo para ésta evisceración precoz radica en el hecho de que después de un par de horas, y máxime si hace demasiado calor, el animal empieza a incharse por efecto de la fermentacion de la comida que hay en su estomago. Se sabe que ya después de los primeros 45 minutos posteriores a la muerte, las bacterias intestinales salen del interior de estas vísceras y traspasan la pared del peritoneo contaminando las masas musculares próximas, y al cabo de un par de horas llegan hasta las extremidades e inclusive el cuello.
Por lo tanto en el acecho, y considerando las funciones que debe de cumplir el cuchillo, lo emplearemos para eviscerar y separar el trofeo, para luego poder transportar la pieza hasta el campamento donde se procederá a remover la piel y despostar, actividades que se llevan a cabo con todos los elementos y comodidades a nuestro alcance.
Para la tarea a realizar en el campo se puede utilizar casi cualquier tipo de cuchillo que corte razonablemente y que fundamentalmente nos resulte cómodo para manipular.
Desde el apostadero básicamente se caza jabalís, ciervos y felinos, todos los cuales tienen una anatomía y resistencia al corte similar, lo cual significa que con un mismo cuchillo podemos trabajar en cualquiera de estos animales.
Para eviscerar al animal se realiza un pequeño corte cerca de los genitales, e introduciendo la punta del cuchillo con el filo hacia arriba hacemos un corte a lo largo de la línea media, y guiándonos con los dedos índice y mayor, con los cuales vamos levantando la piel y la pared del abdomen. El corte se realiza hasta el esternón, tratando de no perforar las vísceras por las consecuencias (contaminación) que esto trae aparejado.
Si utilizamos un cuchillo demasiado largo, tipo facón criollo, un bowie o cuchillo de monte, como se lo llama aquí, es un poco engorroso llevarlo hacia delante, ya que por su larga hoja no tenemos un control absoluto del mismo. Esto no significa necesariamente que no podamos realizar el trabajo bien, ya que la practica y el uso cotidiano es fundamental, pero una hoja larga ciertamente dificulta la tarea.
Si utilizamos un cuchillo con una hoja algo más corta, veremos que nos resultara más práctico, ya que el movimiento para realizar el trabajo es casi la continuación del movimiento de la mano. Esto lo saben los que alguna vez sacaron una mascara para taxidermia, tarea para la cual cuanto más chico sea el cuchillo mejor son los resultados.
En el acecho como vimos, el uso del cuchillo es muy especifico, entonces uno entre 7 y 15 centímetros de hoja, con un ancho máximo de 3 o 4 centímetros seria lo que se considera ideal. Con respecto al espesor del mismo, este debe tener suficiente tenacidad (capacidad para flexionar sin partirse) para realizar una pequeña palanca cuando se lo precise para poder cortar el esternón hasta la base del cuello.
Evidentemente el primordial es la hoja, seguidos por la guarda o gavilán y en algunos casos la virola, y por ultimo el cabo o mango, como se lo suele llamar en otros piases.
La hoja es el alma del cuchillo, y las formas de esta pueden ser muy variadas. Tenemos aquellas en drop point o punta caida, muy usado en la actualidad, siendo el más vendido de la mayoría de los fabricantes y artesanos cuchilleros. Otros diseños de punta son el skinner o cuereador, con la punta y el filo mas redondeado, y por último el tipo clip, de punta mas fina y alargada parecida a las hojas de los cortaplumas.
Con respecto a la guarda o gavilán, es muy raro que un cuchillo de acecho lo presente, aunque sí puede tener la media guarda de abajo. Generalmente las que traen el gavilán completo son los cuchillos de remate, ya que esto evita que al momento del remate la mano se corra hacia delante cuando está húmeda por agua, sangre o transpiración, con el peligro que eso entraña para el cazador.
Hay algunos cuchillos que traen una virola, esto es un aplique generalmente de bronce o acero inoxidable, que se coloca entre el cabo y la hoja propiamente dicha, y cuya función es estética o de terminación.
Los cuchillos tipo criollo, que son los más empleados en nuestro país, generalmente traen un botón entre la hoja y el cabo, que sí es forjado en la misma pieza le da mas valor y rigidez al conjunto que si es aplicado después. A éste último se lo denomina falso botón.
El cabo del cuchillo para acecho no tendría que pasar de 12 cm de longitud, ya que es una medida suficientemente cómoda hasta para una mano grande. Con respecto a los materiales para realizar el cabo son tantos y tan variables que solo hablaremos rápidamente sobre algunos de los más comunes.
La predilección de la mayoría es el asta de ciervo, por la textura, el color y por que ofrecen un agarre antideslizante natural. El cabo puede ser entero o cortado en cachas y luego adosadas como en los cuchillos de espiga completa. Los materiales más comunes en nuestro país son las astas de ciervo colorado y de axis, que son los más fáciles de conseguir. De lo contrario otro recurso es el de recurrir a los materiales importados como el asta de ciervo cola blanca y el zambar, y por supuesto toda la gama de cuernos de antílopes africanos.
La madera es otro material de los preferidos, y dentro de éstas las denominadas duras, por la poca absorción a la humedad y la sangre que presentan. Enumerar las maderas nacionales e importadas disponibles no es el motivo de ésta nota y seria muy largo, pero baste recordar que con cualquiera de ellas se puede hacer un buen cabo.
Ultimamente se están empleando los materiales sintéticos como el nylon y los derivados de estos, como las resinas fenolicas, aunque mayormente se usen en cuchillos tácticos o de cocina, y no en los de caza, ya que les quita calidez y presentación.
Si hablamos de las formas de los cabos, esta generalmente esta dictada por la forma de las astas o cuernos que empleemos, ya que es muy difícil cambiarles la forma original que presentan.
No ocurre lo mismo con los de madera, a las cuales se le puede modificar la forma, o pedirle al artesano cuchillero que la modele con la forma que nos resulte más comoda.
Tambien en el acecho podemos usar una cortapluma o navaja si con esta nos sentimos cómodos. Personalmente herede de mi padre, que era un fanático de la caza de plumas.
La cortaplumas es de procedencia italiana, con tres hojas. Una común para cortar, otra sin punta con el filo cóncavo para desgonzar, y la otra tiene un serrucho doble para aserrar lo que sea. Ésta cortaplumas lo he utilizado en cacerías de antílopes y cumple a la perfección su cometido. La misma hasta tiene sacacorchos para disfrutar un buen vino después de cazar.
Por ultimo les diría que el cuchillo de acecho debe de estar muy bien afilado, y por supuesto poseer una buena vaina o funda, lo que resulta primordial para no perderlo y poder disfrutarlo varios años.
En caso de que la cortar pelo el cuchillo pierda el filo, como suele ocurrir, el problema se resuelve con un pequenio trozo de papel de lija del 600 envuelto sobre una madrea de superficie plana. El cuchillo se pasa en seco y de ambas caras en forma circular sobre la misma con lo cual el filo retorna inmediatamente. Esto es más cómodo y liviano que acarrear una piedra de afilar, y más efectivo que una chaira, la cual no sirve para afilar sino para asentar. Además tiene la ventaja de no comer la hoja como lo hace la piedra de afilar, con lo cual prolongamos la vida útil del cuchillo.
Recuerden que entre los cazadores hay diferencias físicas, grados de habilidad con las herramientas y preferencias personales en cuanto a cuchillos. Por lo tanto no se queden solamente con la experiencia de terceros, en éste caso la mía, y en sus próximas salidas de caza usen varios los cuchillos y lleguen a sus propias conclusiones, que espero sean parecidas a las mías.