El 7-08 de Remington.

Éste eficaz munición, nacida de uno de los tantos experimentos de los recargadores americanos de cartuchos, fue diseñado para ser empleado en el juego de destreza cinegética conocido como Figuras Metálicas.

El 7-08 es una cruza entre las mejores características de otros dos cartuchos famosos, ambos probados hasta el hartazgo en el campo militar y el deportivo; el 7 milímetros Máuser (7 X 57), que tan bien sirvió a los Boers en África y a los españoles en Cuba, y la vaina del .308 Winchester (7,62 X 51 NATO), que soporta mayores presiones de trabajo que la del 7 Máuser, y que ha sido el caballito de batalla de innumerables naciones.

La vida del 7-08 Remington comenzó como un wildcat en los años 70 del siglo pasado, siendo conocido como el “7 milímetros - .308”, hasta que Remington decide adoptarlo bajo su nombre en la década de los 80, introduciéndolo al mercado con la denominación de 7-08 Remington, recamarado en su carabina modelo 700 a cerrojo.

El cartucho, estilizado y de modestas dimensiones, resulta, con su esbelta punta y corta vaina, poco impresionante para el neófito. Sin embargo el mismo es a), potente, b), preciso, c), de una gran penetración y d), con escaso retroceso. En otras palabras presenta todo el perfil de un gran triunfador, resultado de la acertada “cruza” entre sus nobles predecesores.

Previamente mencione que el 7-08 fue desarrollado para competir en un juego originado en México denominado Siluetas Metálicas para rifles de Alto Poder. La descripción de este juego, y los requerimientos del mismo, nos servirán para ilustrar en detalle las múltiples ventajas que ofrece este cartucho.

El mismo es un juego de destreza de campo, o cinegética, en el cual se colocan las siluetas a distancias variables y siempre desconocidas para los participantes. Estas siluetas de diferentes animales de caza mayor, son de tamaño real, simulándose de ésta forma las condiciones reales de campo. El cartucho ha demostrado en este juego de destreza que es perfectamente capaz de derribar incluso, hasta las figuras de los carneros, que son las que se ubican mas lejos dentro de todo el recorrido (500 metros), lo que nos da una idea de su poder a pesar de su poca impresionante silueta.

Las figuras representan cérvidos, suidos, antílopes, caprinos y hasta pavos salvajes, y son cambiadas de posición antes de cada prueba, obligando a los participantes a estimar las distancias de tiro con cada nuevo recorrido. Un detalle a mencionar es que para hacer el juego aún más difícil, las siluetas son ubicadas de forma tal que quedan semiocultas por la vegetación, o a la sombra de los árboles, tal cual como ocurre en la vida cotidiana.

Además de esto, las estaciones de tiro tampoco son fijas, ya que se dispara contra reloj y desde donde el cazador avistó al blanco. Todo esto hace que las condiciones de tiro sean sumamente real es, y en más de una ocasión el cazador se ve obligado a tomar el disparo con el escaso apoyo existente, o directamente a mano alzada.

Como proceso de aprendizaje y entrenamiento es el más duro y riguroso que conozco, exigiendo un arma liviana (los recorridos son largos, el tiempo medido, y el peso extra es un factor negativo), potente (con alcance efectivo no menor al medio kilómetro), y dotada con un cartucho de escaso retroceso para ayudar en el proceso de precisión.

Todos estos requisitos demuestran a las claras que el cartucho fue creado con fines definitivamente venatorios en la mente y no para hacer agujeritos en un pedazo de papel desde la posición de sentado y disparando a distancias conocidas, a pesar de que podría pensarse que, dada su alta precisión y escaso retroceso, se prestaría más para este tipo de competencias que para la caza.

Con el correr del tiempo, y con el uso de proyectiles adecuados, el 7-08 ha demostrado ser apto para toda la fauna americana, con excepción de los grandes osos del Norte y los búfalos de agua existentes en América del Sur, particularmente cuando ambos animales se encuentran en condiciones de ataque frontal y a corta distancia, ya que sobre uno de estos mismos animales, pero que se encuentre tranquilo y no alertado del peligro, un disparo bien emplazado (con puntas Premium) resulta absolutamente letal gracias a las virtudes de penetración y vuelo de las puntas del calibre 7 milímetros (por ejemplo una punta de 175 grains del tipo Barnes X o similares)

¿Pero por qué escoger entonces el 7-08, sí la mitad de sus virtudes provienen del 7 X 57 y la otra mitad del .308? ¿Por que simplemente no adquirir un .308 o un 7 X 57 original?

La respuesta se basa en que los diseñadores tomaron las mejores características de sus cartuchos padres, combinándolas en uno.

A igualdad de peso y diseño de puntas, y gracias a que las presiones de trabajo del 7-08 son mayores que la del venerable 7 Máuser, el primero alcanza más velocidad que el ultimo, y por ende brinda un mayor alcance y penetración.

Ese incremento en la energía se debe a que si bien la vaina del .308 resulta 6 milímetros mas corta que la del 7 X 57, tolera presiones superiores, siendo este el aporte que hace la casa Winchester al binomio (por lo de .308 Winchester)

Por otro lado, de su predecesor alemán específicamente hereda el diseño de la punta que dispara, responsable por sus características de vuelo, precisión y gran penetración.

Las medidas de los proyectiles de siete milímetros (.284 de pulgada) , junto con las de los de seis milímetros y medio (6,5 milímetros o .264), son de las que brindan los Coeficiente Balísticos mas altos, surgidos de la relación entre el diámetro y la longitud de estos proyectiles, que nos otorgan una bala muy estilizada, larga pero relativamente fina, que gracias a sus características de vuelo es capaz de retener mas energía a mayor distancia, hecho que favorece su alta penetración en los tejidos.

La precisión de este cartucho se debe en parte a la longitud de su proyectil, que ayuda a que el mimo se estabilice mejor que otro más corto.

Volviendo a la vaina del .308, su corto cuello, reducida longitud y altas presiones de trabajo le otorgan al cartucho las características de la cartucheria moderna, auque sin llegar a presentar la silueta regordeta y retacona, ni el costo o el retroceso de los Short Magnum.

Además, la vaina del .308, gracias a las altas presiones que soporta, presenta una ventaja más para el cazador; la posibilidad de emplear pólvoras de quemado rápido, hecho que favorece el empleo de cañones cortos, de hasta 18,5 pulgadas, sin por ello resentir las prestaciones del cartucho. Esto nos otorga otra ventaja envidiable, que se traduce como una carabina más corta, manuable y liviana.

Apenas salió al mercado, el 7-08 Remington fue anunciando como un cartucho ideal para adolescentes y mujeres debido su escaso retroceso. Obviamente esto no es la característica más importante que presenta. Su potencia, precisión, penetración y maniobrabilidad del arma sobre la cual se lo monta, lo hacen particularmente apetecible para los cazadores con más exigencias en cuanto a distancia efectiva y precisión, ya que como hemos visto, el cartucho en manos hábiles resulta lo suficientemente potente como para toda la fauna europea, casi la totalidad de la americana y buena parte de la africana.

Siendo un cartucho sumamente versátil, ¿que puntas se deben de emplear?

Las de 110 grains, tipo sólidas, para zorros (perforante no deformable para conservar la piel) y pavo salvaje, de manera de no romper demasiado tejido edible.

Las intermedias de 140 a150 grains, para ciervo dama, ciervo rojo, corzo, muflon, rebeco, (punta blanda a intermedia, la primera para disparos largos, de 100 o más metros, la segunda, algo más dura, para los lances de aguardo, a corta distancia, mientras que las pesadas, de 175 grains, para el jabalí, oso negro, antílopes grandes, etc

Por supuesto que con cada peso variará le punto de impacto, por lo que será necesario poner a punto la mira telescópica con cada cambio, pero el problema, sí es que puede considerarse como tal, es menor.

El 7-08 es recamarado en la actualidad por la mayoría de las fábricas serias de armas deportivas. Incluso Remington sacó al mercado una carabina a cerrojo, barata, liviana, corta y con mira telescópica ya incluida, que dado su precio muchos adquirimos como back-up, o simplemente para guardar a mano detrás del asiento de la pick up. Hoy muchas de esas armas, gracias a las bondades enumeradas del cartucho para la cual fueron recamaradas, han pasado a ser el arma principal de más de un cazador. Esto habla mucho del arma, pero más lo hace del cartucho. Algo para tener en cuenta al momento de escoger nuestra próxima adquisición.

por Daniel Stilmann