RECARGA DE CARTUCHOS MATÁLICOS PARA CAZA MAYOR. CAPITULO VI.

COMO LOGRAR ADAPTAR UN RIFLE MEDIANTE LA RECARGA PARA DIFERENTES TIPOS DE CAZA MAYOR.

TEXTO: DANIEL STILMANN. FOTGRAFÍAS: CARLOS COTO Y DANIEL STILMANN.

Seis diferentes diseños y pesos de puntas para un mismo cartucho, el venerable .375 H&H Magnum. Gracias a ésta variedad, éste cartucho puede ser empleado desde animales del tamaño de cérvidos hasta paquidermos.

El siguiente artículo es el primero e una serie de seis. Los cinco artículos restantes serán publicados en éste lugar a razón de uno por semana hasta abarcar en su totalidad el proceso de recarga de los cartuchos metálicos. El orden cronológico en que serán presentados es el siguiente: Selección y colocación de las puntas, Tratamiento y**** de la vaina, Manejo de la pólvora durante la recarga, Limpieza y Preparación de las vainas, y por último un artículo dedicado a las Generalidades del proceso de Recarga.

De ésta manera, el último de los artículos presentados, que debería ser el primero de la serie, quedará colocado en primer lugar en la barra de artículos a la derecha de la pantalla, de manera tal que el lector que se inicie en la recarga lo haga en forma ordenada.

La intención es la de permitir a aquel que no habla o lee inglés aprender los rudimentos del proceso, que solamente aparecen en ese idioma en unos pocos manuales de recarga extranjeros. Como no todos posen acceso a esa bibliografía, y tampoco todos hablan o leen correctamente el idioma en que se encuentran escritos, lo cual es fundamental para interpretar correctamente las instrucciones, hemos pensado que estos artículos pueden resultar de ayuda e interés general.

La intención de éste primer artículo es de permitirle visualizar al cazador cómo se puede adaptar mediante la recarga una sola arma para utilizarla, digamos, desde zorros hasta venados, y ocasionalmente algo mayor, sin tener la necesidad de destruir la economía familiar con la compra de diferentes y costosas armas.

La recarga para caza mayor difiere fundamentalmente de aquella que se realiza para tiro al blanco, dado que en ésta última la balística de efecto (terminal) carece de importancia alguna.

El tiro al blanco sólo se requiere que el proyectil sea preciso, a una distancia fija y contra un blanco estático, que además no presenta resistencia alguna a ser perforado. Esto no ocurre en la caza mayor, dónde las diferentes distancias a las cuales puede aparecer una presa, las variaciones en la resistencia que éstas presentan a la penetración, y su grado de agresividad son parámetros a tener muy en cuenta.

Además de esto, la balística terminal está determinada por el tamaño de la presa y la naturaleza del lugar donde nos encontremos cazando. Como regla general se puede decir que a mayor tamaño de la presa, mayor será el peso y la dureza del proyectil que hay que emplear, menor la distancia de tiro al blanco, y más sucio el terreno donde nos encontramos cazando. Como toda regla, tiene sus excepciones.

La recarga bien realizada nos permite hoy en día darle múltiples funciones a una misma arma, en virtud de las combinaciones que podemos llevar a cabo con los diferentes tipos de puntas y velocidades obtenidas. El juego consiste en lograr desempeñarse bien con una sola arma ante presas que por su dureza, tamaño, y las diferentes distancias a las cuales normalmente se las abate, requieren en teoría de armas diferentes.

Esto es, que mediante la recarga podemos convertir un rifle y calibre de largo alcance en una excelente arma de acecho, con el sólo procedimiento de cambiar el peso y constitución de los proyectiles, y bajar la cantidad de grains empleada, o a la inversa, convertir un arma de acecho en un buen rifle de pradera.

Antes de comenzar a recargar el primer paso es considerar el tamaño de la presa. La regla indica que cuanto más grande sea la misma, más pesada y dura será la punta a emplear y mayor el calibre del arma. Pero limitémonos a nuestro país (Argentina) y mantengámonos con un solo calibre, a fin de no complicar las cosas. Dijimos que la regla general dice que cuanto más pesado es el animal, menor será la distancia de tiro y mayor su resistencia física y agresividad.

Tomemos como ejemplo el jabalí y los chanchos salvajes. Debido a su comportamiento podremos realizar tiros a muy corta distancia, y en general muy por debajo de los 80 metros en promedio. Hay que recordar que son animales pesados, duros, y en ocasiones hasta peligrosos, pero que poseen una piel que está clasificada como fina, y que ésta no es particularmente resistente al impacto, a pesar de que la piel d el cuello, base del mismo y las paredes laterales del tórax son un poco más gruesas y suelen presentar una capa de barro, conjunto que históricamente se lo consideró como a una coraza, pero que ante la eficiencia de un cartucho dotado con una punta moderna no es tan resistente como parece o se suele creer.

Nuestro ejemplo teórico entonces será un animal promedio de ciento cincuenta kilogramos, hasta 100 metros de distancia. Comenzaremos por el tipo de punta a emplear, ya que el calibre queda a su elección.

¿Qué requerimientos tendremos para con la misma? Esta debe de ser de camisa fuerte, de expansión controlada y, debido a la distancia a recorrer, menor a los 80 metros, de base plana, que son más resistentes que las de tipo cola de bote.

La punta puede ser redonda, truco cónica ó simplemente cónica, según su criterio y gusto personal. Éste diseño provee de una mayor superficie de choque que facilita la transferencia de energía sobre el punto de impacto.

FORMAS Y DISEÑOS DE LAS PUNTAS.

No se debe de emplear puntas huecas (Hollow Point) como la de la fotografía adjunta, ya que las mismas tienen una expansión totalmente aleatoria.

Originalmente fueron diseñadas para alargar el proyectil con el fin de lograr una mejor estabilización en el aire. Esto se lograba extrayendo parte del nucleo de plomo lo cual se hacia ahuecando la nariz, por lo que a igualdad de pesos entre dos proyectiles, el ahuecado resultaba más largo y estable. De esto se deduce que la punta hueca no fue diseñada para lograr una mejor expansion, sino para obtener una mayor ptecisión y un alcance mayor.

Una excepción a esta regla está constituída por los proyectiles de caza Barnes X de punta hueca, construidos en un solo material, que sufren una expansión que llega a duplicar el diámetro de su calibre, casi sin pérdida de peso, y por sobre todas las cosas, sin fracturarse, como ocurre normalmente con las puntas de la fotografía superior.

En los prpyectiles Barnes, el hueco de la punta sirve para iniciar la expansión del proyectil, ya que al llenarse el mismo de líquido proveniente de los tejidos, la presión que ejerce es tan alta que logra abrir la punta del proyectil en cuatro pétalos de corte.

Digamos que estamos utilizando un .308". El mismo puede lanzar un proyectil de ciento ochenta grains de la configuración antes descripta, a dos mil seiscientos pies por segundo. Esto nos da una energía residual a ciento cincuenta metros de doscientos cincuenta y siete kilogramos / metro, suficiente para cumplir con su tarea en forma eficiente. Con una mira graduada a "0" en cien metros, la caída a esa distancia (150 metros) será menor a 5 centímetros, lo cual, a los fines prácticos, puede ser ignorado. Limítese a apuntar al hombro ó por detrás del mismo, según desee producir una lesión combinada (huesos del hombro más órganos nobles cómo el pulmón), ó una lesión torácica pura.

No utilice una punta sólida para este tipo de animal ya corre el riesgo de perderlo. El mismo es demasiado "blando" para éste tipo de proyectil, y sí su velocidad no es aminorada por algún hueso grande, es probable que lo perfore, labrando a su paso un delgado túnel de herida, que sangrará poco, entregando la mayor parte de su energía fuera del animal, permitiéndole huir.

Cuando se dispara sobre un animal de piel fina no peligroso, es necesario emplear una punta expansiva, lo suficientemente bien construida como para evitar la separación del núcleo con respecto a la camisa. Tal vez no llegue a perforar a la presa, con lo cual Ud. podrá verse privado de un buen rastro para seguir, sí eso fuese necesario. Pero, a esa distancia y sí el disparo ha sido bien emplazado, difícilmente su presa vaya muy lejos.

Continuemos con el calibre .308" como ejemplo. Esta vez la presa es un antílope, a una distancia de doscientos cincuenta metros. Estos son animales de piel fina y estructura delicada que no pasan de 25 a 35 kilogramos de peso. Una punta de ciento veinticinco grains, Spitzer y de base plana a tres mil cien pies por segundo le dará los siguientes valores.

Energía residual a doscientos cincuenta metros igual a 316 kilgramos/metro, con una caída de 7,5 cm, para una mira graduada en "0" a doscientos metros. Estos valores energéticos son altos con relación al tamaño de la presa, de modo que se podría aducir que el arma está sobre dimensionada para la tarea, pero recuerde que la idea aquí es poder convertir una sola arma en una herramienta multifuncional.

Los pumas suelen ser obtenidos a distancias que varían entre los veinte y cien metros. En este caso la elección de la punta recaerá sobre una Sierra de 150 grains, Spitzer y de base plana, con una velocidad inicial de dos mil ochocientos pies por segundo. No se mencionarán nuevamente la energía y caída del proyectil a esa distancia a fin de no tornar la narración tan repetitiva, pero los valores energéticos son más que suficientes y la caída a esa distancia es despreciable.

Si se está cazando zorros (en aquellos lugares que está permitido como en el Sur), es muy probable que se desee mantener el cuero de los mismos. En este caso se debe de utilizar una punta encamisada o FMJ como las de Sierra, de ciento cincuenta grains. Si bien el peso es excesivo, es la única que viene con esta configuración para el calibre .30".

Esto es así por dos razones. Primero estas puntas, por su peso, son más fáciles de estabilizar que las más livianas. El paso del .308" deportivo es de 1" en 10". Raramente tendremos la oportunidad de ver un cañón con paso de "1 en 12" (salvo en los rifles "varminteros" construidos por pedido), que son los ideales para trabajar con las puntas más livianas. Segundo y, debido a su construcción, estas puntas hacen muy poco daño a la piel, ya que perforan sin expandir. Cabe preguntar aquí ¿si utilizamos esta punta para un zorro, que es menor que un antílope, por que no utilizar una de igual peso pero expansiva, para este último? El daño que ésta punta más pesada provocará sobre las partes comestibles de la presa es demasiado grande, razón por la cual deben de ser descartadas.

Llegó marzo y comienza la época de los animales más grandes, cómo el venado. Esto requiere de una carga adecuada. Si se está cazando a menos de doscientos metros, se puede repetir la "receta" indicada para los chanchos. Punta redonda, lenta pero de buena expansión y con base plana. Ahora, si la cacería se llevará a cabo en lugares abiertos y a grandes distancias, digamos trescientos cincuenta metros, la cosa requiere de una fórmula completamente distinta, incluyendo en esto la regulación de la mira. Veamos cual sería una buena combinación punta / carga para este lance.

RESISTENCIA AL IMPACTO DE LAS PUNTAS

Distintos grados de deformación de dos puntas sólidas empleadas con cartuchos de pólvora negra (plomo, derecha), y las de cobre, para cartuchos modernos de alta velocidad. La dureza del material empleado guardará siempre relación directa con la velocidad que se le desee dar al mismo.

Punta Speer, tipo SP de base plana, de doscientos grains de peso lanzada a dos mil cuatrocientos pies por segundo. ¿Por qué una bala tan pesada y lenta? A mayor peso hay mayor retención de energía lo cual lleva aparejado una menor deriva debido al viento. Además, una punta con cola de bote solo supera en prestaciones a una de base plana a partir de los trescientos metros (que es una distancia muy considerable para disparar sobre una presa), ya que este diseño reduce el "drag" sobre la cola del proyectil, dándole una mejor aerodinámica.

Pero recuerde que una base en cola de bote favorece la separación entre el núcleo y la camisa, lo cual no es deseable.

Existe algunas veces, una situación dual que es necesario contemplar. Puede ser que sea necesario llevar a cabo la cacería en algún lugar que presente oportunidades para realizar disparos a distancias que van desde los cincuenta metros hasta los trescientos ó más. ¿Qué combinación punta / carga deberá utilizar y como debe regular la mira?

Se puede utilizar una punta Sierra de ciento ochenta grains, cónica y de base plana a una velocidad inicial de dos mil seiscientos pies por segundo. Esto dará una energía terminal más que suficiente entre los cero y los trescientos metros (216 kilogramos / metro). En este caso no se justifica ni es conveniente utilizar una punta con base cola de bote.

En éste caso la mira telescópica debe estar regulada a "0" en doscientos cincuenta metros, con lo cual tendrá una caída de 13 centímetros a trescientos metros y una elevación de sólo 11 centímetros en el punto más alto de su curva, esto es a los cien metros. Ésta regulación nos permite apuntar un poco por detrás del codillo y, sea cual sea la distancia a la que se halle el animal entre los cero y trescientos metros, alcanzar al mismo en algún punto de la región cardio pulmonar, lo cual es suficiente.

Para los búfalos, que se cazan a corta distancia y por lo general en monte achaparrado ó terrenos sucios, se puede utilizar una punta Barnes Solid de 220 grains. Éste calibre no es ni remotamente adecuado para la tarea, y lo siguiente se da solamente como ejemplo de lo que es posible hacer en caso de extrema necesidad. Por favor, por su seguridad, tome éste último párrafo literalmente.

En este caso las puntas sólidas están más que justificadas, ya que los búfalos son animales de gran porte y dureza estructural, además de ser sumamente rencorosos. En este tipo de cacería los tiros se realizan muy a menudo con el tiempo limitado, restándonos la oportunidad de hacer un disparo "quirúrgico". Estos animales deben de ser parados, dentro de lo posible, sobre sus huellas, a fin de evitar complicaciones. Por lo tanto hay que buscar blancos grandes como el cuello ó la paleta para el primer disparo con el animal tranquilo. El segundo disparo, con la bestia enfurecida, será en el 99% de los casos frente a frente, o sea habrá que dirigirlo a la tabla del hueso frontal.

La carga de pólvora debe ser conveniente calculada para las puntas sólidas (10% menos que para cualquier punta de igual peso y configuración), ya que generan más presión que las demás. En caso de tener que utilizar un .308" para esta cacería, es una buena idea tener un "back up" sólido, del tipo 375 H&H como mínimo saludable cargado y listo para la acción, o de lo contrario tener a mano un buen árbol dónde poder treparse.

TRUCOS PRÁCTICOS.

Los zorros, presas pequeñas y de las cuales se desea conservar la piel, requieren de recargas rápidas, de largo alcance, livianas, precisas y que por sobre todas las cosas, no destruyan la piel.

Al recargar para caza, siempre es necesario realizar el rectificado total ("full sizing") de la vaina. Limitándose a rectificar sólo el cuello, si bien nos dará una mejor agrupación, se corre el riesgo de tener dificultad para introducir la munición en la recámara ante una situación en la cual es necesario un segundo disparo rápido. Una vez recargada la munición, se retira la aguja del percutor (en las armas de cerrojo) y se procede a ciclar todos los cartuchos para asegurarse que no presentan problemas de alimentación.

Se debe tener presente que una munición recargada a una temperatura ambiental de treinta grados a dos mil seiscientos p/s, la misma perderá cien pies por segundo de su velocidad original por cada 15 grados centígrados que caiga la temperatura. Esto es, a una temperatura de cero grado la velocidad disminuirá a dos mil cuatrocientos p/s. Esta disminución de la velocidad se traduce en un punto de impacto más bajo y una energía terminal menor. A corta distancia puede no ser importante, pero a distancias largas y en lugares con mucho viento, debe de ser tenido en cuenta.

Una forma de evitar estas alteraciones en el punto de impacto es mantener la munición en algún bolsillo interior, cerca de la piel e introducirla en el almacén sólo en el momento necesario. Como medida práctica se llevará el rifle cargado en todo momento por si le sale un animal a corta distancia. Si bien el cartucho alojado en la recámara estará a una temperatura menor a la cual fue recargado, en estas circunstancias, corta distancia, una pérdida de doscientos p/s carece de importancia. Si avista un animal a distancias superiores tendrá todo el tiempo del mundo para cambiar el cartucho frío por uno caliente.

La otra alternativa es la de recargar intencionalmente a mayores velocidades a fin de compensar las pérdidas sufridas a bajas temperaturas. Para esto se utilizará un programa de balística, el cual nos dará la carga exacta para la temperatura y altura a la cual se estará cazando, pero requiere de cierto grado de habilidad y conocimiento, por lo cual no es aconsejable para aquellos que carecen de la experiencia necesaria. Es más sencillo el primer método descrito.

La situación inversa, recargar en un clima frío para luego utilizar la munición en un lugar cálido tiene consecuencias más desagradables. Aquí estamos enfrentándonos a una gama de situaciones que van desde un aumento modesto de la presión, que puede resultar en un punto de impacto alto, hasta elevaciones francamente nocivas para el arma y tal vez para la salud.

En cuanto a las diferencias de altura con respecto al nivel del mar, la regla es que cuanto más ascendemos, más alto será el punto de impacto (a iguales temperaturas). Esto se debe a que al disminuir la densidad del aire, la resistencia al paso de la punta decae. Afortunadamente este efecto es balanceado por el descenso de la temperatura, por lo cual pasa a ser un factor de escasa importancia.

A menos que posea una gran experiencia recargando, nunca ensamble la cantidad justa de cartuchos para una cacería. Recargue algunos tiros extra y pruébelos antes de salir al campo, particularmente a diferentes distancias, de manera de hacerse una idea de la curva de vuelo de la munición. Recuerde que durante la cacería será muy tarde para corregir cualquier error en la recarga, ó para ponerse a experimentar con la caída a diferentes distancias.

por Daniel Stilmann