LA CARGA DE PÓLVORA. CAPÌTULO IV.

La carga de pólvora dentro de la vaina es un procedimiento muy sencillo, pero que requiere de un cuidado inversamente proporcional a su sencillez. Texto: Daniel Stilmann.

Tolva manual de recarga.

Durante ésta operación es necesario prestar atención al detalle, desde la elección del tipo de pólvora para la punta escogida, hasta un cuidadoso pesado de la carga y llenado de la vaina, además de posterior verificación visual de la carga vertida.

Ésta etapa de la recarga consiste en pesar la pólvora en una balanza específica para dicho propósito (calibrada en grains que es la unidad de medida corrientemente utilizada en los manuales de recarga y dónde un gramo es igual 15.43 grains) y luego verterla dentro de la vaina. Sencillo y rápido. Tal vez demasiado, considerando que pequeños errores en este paso pueden dar lugar a serios accidentes.

Analicemos cada una de las variables por separado con la finalidad de comprender los mecanismos por los cuales cada una de estas variables puede ser fuente de problemas.

La selección de la punta y peso de la misma a utilizar es el primer paso y el que determinará el tipo y cantidad de pólvora necesaria. Ésta a su vez nos indicará que tipo de fulminante será utilizado.

Al momento de considerar el peso de la pólvora es necesario recordar que no todas las puntas son iguales. Dos puntas de diferentes fabricantes, aunque sean de igual configuración y peso, generan diferentes resistencia al pasar por el cañón del arma. Y esa diferencia radica exactamente en la constitución del material de la camisa y en el espesor de la misma. Esto dará origen a un diferente grado de expansión de dicha camisa dentro del cañón, aumentando las presiones. Por lo tanto, dos puntas de igual peso y configuración, por ejemplo SPBT, pero de diferentes proveedores, que por ende utilizan aleaciones de diferentes características, requerirán cargas de pesos desiguales.

Dos puntas de un mismo fabricante y de igual peso pero de diferente configuración (Round Nose vs. Spitzer) tampoco darán iguales presiones para una misma carga en un mismo rifle. La punta Round Nose posee una mayor superficie de rozamiento que la Spitzer, por lo que requerirá un carga algo menor para obtener la misma velocidad.

Sí bien esto no es siempre así, es necesario recordarlo y tener la precaución de chequear el manual de recarga cuando se cambia de puntas.

Estas variaciones suelen ser mínimas y generalmente inconsecuentes, pero ante una sumatoria de condiciones, aparentemente inofensivas, se puede terminar en forma desagradable. Vale aquí un ejemplo de estas condiciones inofensivas.

Supongamos que se recargó en el mes de Julio una punta Round Nose con una carga correspondiente a una punta Spitzer, siendo ambas del mismo peso. La misma fue probada a 15º C sin inconveniente alguno. Meses más tarde y a una temperatura de 40º C es disparada durante una cacería. El retroceso es bastante mayor que el acostumbrado, y al querer abrir el cerrojo para el segundo disparo no nos es posible. Resultados; pérdida de la presa y fin de la cacería. El rifle tendrá que ser llevado a un armero a fin de ser reparado.

¿Qué ocurrió? Simple. Un poco más de fricción que la aconsejada para esa carga debido al tipo de punta empleada, y 25º C más de temperatura elevaron la presión con los resultados descriptos.

Al igual que los combustibles, las pólvoras también se diferencian entre sí por su grado de vivacidad. Cuanto más alta sea la misma, mayores presiones generará. Esto, sumado al diámetro del cuello de la vaina (a menor diámetro mayor presión) y el espesor de las paredes de la vaina (a mayor espesor mayor presión) son los tres factores principales a considerar. Como regla general, y esto debe enfatizarse (lo de regla general), se utilizan las pólvoras lentas, con fulminantes tipo Magnum, en aquellas vainas de cuello angosto y gran capacidad volumétrica con respecto al calibre (.25-06). Las pólvoras rápidas tienen su aplicación en las vainas rectas y/o de cuello amplio y se las utiliza con fulminantes LR (.375).

Las cargas pueden ser comprimidas, lo cual significa que llenan toda la vaina. Al no quedar espacio libre en la cámara de combustión, las presiones resultan muy uniformes, siendo las utilizadas para tiro de precisión. Estas cargas deben de ser "tiradas" con embudos de cuello largo, a fin de permitir un llenado correcto.

En aquellos cartuchos que fueron originalmente diseñados para utilizar con pólvora negra, como el caso del .45 70 Remington, y que hoy se recargan con pólvora sin humo que ocupa menos lugar, se puede completar el espacio vacío que queda con polenta o con un taco de tergopol a fin de mejorar la precisión.

Si bien el tema no está agotado aquí, es suficiente como para entender los principios de la interacción de los diferentes tipo de puntas, pólvoras y diseños de vainas. La mejor forma de evitar errores lamentables es seguir fielmente las instrucciones de los manuales de recarga. Si varía algunos de los componentes del conjunto, ya sea el fulminante, vaina ó punta, deberá comenzar recargando con una reducción del 5 al 10% de la carga expansiva.

Al recargar se debe partir siempre de las cantidades mínimas indicadas en el manual y luego ir progresando lentamente al mismo tiempo que se presta atención a posibles aumentos anormales de la presión.

Nunca parta de la carga máxima aún teniendo un arma nueva. Recuerde que 100 p/s más no hacen diferencia en la cacería y que por lo general, las cargas más precisas no son las más altas. Algunas puntas utilizadas en calibres pequeños y de alta velocidad requieren de una reducción de su velocidad máxima de hasta 300 p/s a fin de evitar su desintegración en el aire antes de alcanzar el blanco. Por ejemplo, el CD de recarga de Sierra trae especificadas las velocidades de trabajo ideales para cada punta. Las cargas máximas no sólo deterioran la precisión y la balística terminal; terminan erosionando el cuello de la recámara acortando la vida útil del arma.

MIDIENDO LA CARGA.

La balanza es el único elemento indispensable. La tolva puede ser ignorada, pero la misma acelera enormente el proceso.

Típica balanza para recarga graduada en grains.

¿Cuáles son los elementos necesarios para pesar y cargar? Una balanza calibrada en grains y un embudo son indispensables. Se puede agregar una tolva de carga con un medidor calibrado a fin de acelerar el proceso, pero esta tolva no puede reemplazar a la balanza. Suelen descalibrarse, en particular cuando en lugar de pólvoras esféricas se recarga con cilíndricas.

La balanza se calibra a "cero" cada vez que va a ser utilizada. Luego se la programa para la carga deseada y con una cucharilla se vierte la pólvora en el plato de la misma. Se coloca un embudo en la boca de la vaina y se la llena. Si desea agilizar el proceso puede utilizar la tolva previamente programada, pero aún deberá pesar al menos una de cada cinco cargas tiradas a fin de asegurarse que no hay variaciones. Y si desea pesar cada carga nada se lo impide. Este no es un hobbie para impacientes.

Terminado con esto, la vaina será colocada en una bandeja para ese uso y separada de la bandeja que contenga las vainas vacías. Estas últimas pueden estar ubicadas a su izquierda y en la medida en que son cargadas se pasan hacia la bandeja ubicada de la derecha, de manera tal que nunca compartan una misma bandeja vainas vacías con vainas cargadas. Esta es una buena manera de mantenerlas separadas y evitar una doble carga, o lo que es peor y más peligroso, omitir la carga. Ante cualquier duda se debe vaciar la vaina y volver a cargarla.

Una vez finalizada la carga de las vainas del lote, y como reaseguro, se las inspeccionará con una linterna verificando el nivel de pólvora dentro de las mismas. Antes de continuar asegúrese de guardar el excedente de pólvora utilizada en su contenedor original y que el mismo esté correctamente cerrado. Nunca mantenga más de un tipo de pólvora sobre el banco de trabajo cuando está recargando. Tampoco mezcle restos de pólvora aunque sean de un mismo fabricante y tipo. Por lo general existen diferencias de vivacidad entre los diferentes lotes.

Es importante recalcar que los accidentes en los cuales el arma queda inutilizada con daño al tirador no son producto del uso de munición comercial, ya que SOLAMENTE OCURREN CON MUNICIÓN RECARGADA. Éste concepto debería ser suficiente como para que todos tomemos conciencia de la importancia de ésta etapa de la recarga.

Lo llamativo de todo esto es que los accidentes graves con munición recargada se deben a CARGAS BAJAS, y no a cargas altas o excesivas, cómo siempre se pensó, y son mas frecuentes con el uso de ARMAS CORTAS para las cuales se recargó con MÁQUINAS PROGRESIVAS.

Las acciones, en particular las de cerrojo, y en especial cualquier acción Máuser, está diseñada para soportar varias veces una carga máxima, y casi no hay cartucho que pueda aceptar el volumen necesario de pólvora cómo para destruir una de estas acciones. Se puede lograr dañarla, o impedir su apertura por exceso de presión, pero de allí a hacerla estallar hay un largo paso.

Lo dicho previamente no es una licencia para comenzar a sobrepasar los límites establecidos para cada cartucho y tipo de pólvora, siendo necesario recordar que una acción en mal estado de conservación puede ceder aún con una recarga normal.

Pero una carga baja puede hacer estallar un arma simplemente por no haber tenido la suficiente energía como para lograr que el proyectil salga del cañón del arma, con lo cual ante un segundo disparo con una carga normal y el cañón obstruido ocurre el problema. Nunca, bajo ningún concepto, utilice cargas reducidas con valores inferiores a los indicados en las tablas de recarga. La otra regla a seguir durante ésta etapa en la fabricación casera de munición es la de inspeccionar visualmente cada vaina que ha sido llenada con pólvora.

Siempre consulte un buen manual o CD de recarga, y a la hora de escoger uno hay detalles que le ayudarán en la selección. Notará que muy pocos de ellos traen los valores para cargas reducidas. Los que así lo hacen son considerados como los mejores y más completos, y por lo tanto los que deben de preferirse a la hora de escoger.

Otro detalle importante es que el manual traiga al menos una breve descripción del proceso de recarga y los problemas más comunes que se presentan, así como las soluciones a los mismos. Este es un hobbie dónde cuanto más se aprenda por experiencia ajena (leyendo en los libros), menos posibilidades hay de cometer un error lamentable, de modo que toda ayuda debe considerarse como bienvenida.

Además de esto, el manual o el CD que traiga una tabla de equivalencias entre el sistema métrico y el anglosajón le será de una gran ayuda.

por Daniel Stilmann