Una de los pilares del éxito en la caza de rececho radica en poder ver bien de tal manera de facilitar la búsqueda, además de saber “que buscar, dónde buscar y cuando buscar”. Normalmente esto se logra después de muchas horas de práctica con un par de prismáticos, aunque no con cualquiera. Debe de emplearse un par que no nos de molestias visuales. En éste último párrafo reside parte del secreto del triunfo.
Éste artículo trata sobre el empleo correcto de estos artefactos por períodos prolongados, ya que la técnica de “que, como y cuando buscar” quedará para otra oportunidad.
Aprender como evitar el cansancio visual o las cefaleas que en ocasiones y a algunas personas generan los binoculares, es algo que no puede llevar más de diez minutos, eso sí uno sabe que debe hacer para eludir estos inconvenientes. Recuerde que la mayor parte de los trastornos que surgen de su uso nacen del error por parte del usuario.
Para entender cual es la raíz del problema y poder resolverlo correctamente es necesario conocer algunos hechos básicos de la patología visual humana. A saber se pueden presentar tres tipos de alteraciones muy frecuentes que causan dolor ocular y cefaleas de no encontrase debidamente corregidas; la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo.
Éste último puede presentarse solo o acompañar a las dos primeras anormalidades. Incluso el sujeto emétrope (sin defectos visuales) está predispuesto a problemas de origen oftalmológico sí emplea incorrectamente y por largos períodos de tiempo un buen par de binoculares.
Salvo el astigmatismo, que sólo puede ser corregido con gafas, lentes de contacto o cirugía, tanto la hipermetropía como la miopía pueden anularse empleando el corrector de dioptrías ubicado en cada ocular (el extremos más cercano al usuario) del prismático.
Esto significa que siendo miope o hipermétrope se puede emplear los binoculares sin tener que hacerlo con las gafas puestas, lo cual representa una comodidad.
Baste con girar en el sentido adecuado el corrector de dioptrías ubicado sobre el ocular y el defecto desaparecerá, tornando la imagen cada vez más nítida. Por lo general en el corrector se encuentra dibujado un signo (+) y otro (-) indicando en que dirección se debe girarlo en caso del que el usuario sea respectivamente hipermétrope o miope. Es así de sencillo, pero sí no desea complicarse la vida recordando estas cosas simplemente hágalo girar hasta que esté satisfecho con la imagen formada.
Una vez realizado el ajuste, que se lleva a cabo ojo por ojo y observando un mismo objeto hasta que el mismo aparezca nítido, podemos prescindir del uso de las gafas, las cuales hacen muy incómodo su uso. Esta es la razón por la cual es tan importante que ésta capacidad para corregir los defectos de visión del usuario esté presente en los binoculares a adquirir. Sí los prismáticos escogidos no presentan esta alternativa, y debe emplear gafas, simplemente descártelos. Su uso se tornará tan incómodo que terminará abandonándolos.
Lamentablemente no hay posibilidad de corregir el astigmatismo mediante el uso del corrector de dioptrías del binocular. Ésta anomalía visual se puede corregir solamente mediante el uso de gafas (que sabemos resultan incómodas para emplear con binoculares), lentes de contacto, que proveen una buena visión sin las molestias agregadas de las gafas, o mediante la cirugía corneal (por medio de láser), que es lo ideal.
Sí no corrige cualquiera de estos tres errores de refracción poco importa cuanto pague por sus binoculares; siempre tendrá dolor de cabeza, ojos rojos o cansancio visual al emplearlos en forma prolongada, además de que no logrará su objetivo; descubrir a la fauna oculta.
¿Cómo se emplea el corrector de dioptrías y se comprueba la calidad de los prismáticos? Con ambos ojos abiertos dirija los mismos hacia un objeto cercano (una hoja de árbol resulta ideal) y trate de observar los detalles de la misma. Sin bajarlos cierre el ojo derecho y gire el corrector de dioptrías del ojo izquierdo hasta que la imagen que observa con el mismo presente la mayor claridad posible. Ahora cierre ese ojo y abra el contra-lateral y repita la operación. El prismático está ahora corregido para su visión y para esa distancia, aunque solamente sí UD es miope o hipermétrope ya que no podrá corregir el astigmatismo.
En caso de que presente éste último problema visual tendrá que corregir el mismo con gafas o lentes de contacto, y luego repetir la operación anterior para adecuar al prismático a su visión.
Estos tres defectos de refracción, como se los llama, son la principal causa para el malestar que puede generar el uso prolongado de estas “ayuda de visión”. Pero hay otras causas que es necesario tener en cuenta.
Una lente, o juego de lentes que tenga un pobre porcentaje de transmisión de luz tendrá la habilidad de cansarlo visualmente, por lo tanto antes de decidirse por cual adquirir compare esta característica con otros prismáticos.
¿Cómo hacerlo? Nadie mejor ni más sofisticado que UD y sus ojos para ésta prueba tan importante. Simplemente enfoque algún objeto distante bajo malas condiciones de iluminación. El prismático que le permita ver mejor los detalles, ese es el que UD desea comprar.
Pero hay algo más que UD en persona puede hacer para disminuir las causas de molestias visuales, y esto consiste en reducir a un mínimo el movimiento de los prismáticos durante su utilización. Para ello busque un buen apoyo para sus codos y una posición estable y cómoda para su cuerpo, ya que probablemente deba pasarse horas en la misma. Recuerde que cuanto más tiempo emplee los prismáticos más fauna logrará descubrir, aún si está cazando al acecho y la distancia de tiro no supera los cuarenta metros.
No confíe en su visión aún a corta distancias. Los animales son maestros del camuflaje y el andar silencioso. Una ayuda extra siempre es bienvenida. Observe los alrededores del lugar donde espera aparezca su presa y es probable que logre divisarla parcialmente cuando aún está oculta por la espesura que rodea al cebadero, algo que a simple vista no podrá hacer. Ni que mencionar sí está cazando venados de día sobre un cebadero ubicado a mayor distancia, como sobre un campo de maíz o soja en el cual los distancias a las que se necesita distinguir detalles bien puede alcanzar los trescientos metros o más.
Una vez bien ubicado, la forma correcta de emplear los prismáticos es aplicando una secuencia predeterminada de búsqueda y seguir la misma en forma constante. Primero pegue una mirada amplia a su alrededor a ojo descubierto. En una de esas tiene suerte y su presa se encuentra al alcance de la vista. Pero sí no es así comience a emplear los binoculares siguiendo un mismo patrón de búsqueda. Delimite un sector y comience a rastrillarlo de derecha a izquierda metro a metro, palmo a palmo, debajo de cada árbol, detrás de cada tronco, en medio de los claroscuros que se forman con las sombras en el linde entre bosque y pradera, debajo de cada rama. Cuando termine con el mismo delimite la próxima área a revisar, y así sucesivamente. Una vez cubierta toda la zona a revisar retome la búsqueda por el mismo lugar donde comenzó.
Durante su búsqueda no trate de encontrar la figura completa de su presa. Raramente será premiado con un cuadro como ese. Pero lo que sí encontrará son pedazos del animal entremezclados con ramas y la vegetación. Busque entonces una parte del animal, un cambio de color en medio de un fondo verde, una mancha blanca, una línea horizontal (formada por el lomo del animal) en medio de un conjunto de líneas verticales como las de los árboles y arbustos, o una rama demasiado blanca y con puntas, que más que una rama terminará siendo una cornamenta.
Intente mirar en medio del follaje, por detrás de cada arbusto o árbol. Preste atención a movimientos bruscos, como el de una oreja al moverse para espantar un insecto molesto. Repita el arco de búsqueda en forma pausada pero continua, sin prisa, asegurándose que cada cosa que ha visto sea lo que UD creyó que era, y no otra cosa. Sí lo hace tendrá muchas sorpresas, agradables todas ellas.
Particularmente sí se encuentra cazando al rececho, emplee los prismáticos, aún para descubrir detalles a veinte metros de distancia. Es casualmente en éste tipo de cacería, dónde más utilidad presta un par de binoculares pequeños y livianos. Bajo estas condiciones, en las cuales la técnica consiste en caminar un metro y detenerse a observar, es cuando más frutos nos darán.
Durante la búsqueda con prismáticos trate de mantenerse oculto, a la sombra, y limite sus movimientos a un mínimo. No olvide que así como uno de los ardides que empleamos para dar con las presas es buscar movimientos que las delaten, eso es exactamente lo que ellas hacen para ubicar a sus predadores y evadirlos. Una de las reglas de la caza nos dice que el que se mueve primero delata la posición, y ese error representa el fin del juego. No lo cometa.
Una última recomendación. Los binoculares que se emplean durante el rececho dentro de un bosque (cortas distancias) difieren mucho de los empleados para la cacería de montaña o llanura, en que las distancias a cubrir son mayores. Estos últimos deben de brindar más poder dióptrico, mientras que los primeros son mucho más pequeños, y livianos. Para estos últimos un 8 X será suficiente.
Recuerde que por encima de 8 aumentos el temblor que producen las manos al sostener por tiempo prolongado los binoculares se amplifica lo suficiente como para ser molesto, por lo que al comprar binoculares de mayor poder dióptrico se debe de tener en cuenta éste problema. A veces más (poder) representa un inconveniente.
Como sea, recuerde de seleccionar los prismáticos correctamente para el tipo de cacería que hará, de mantenerse quieto y bien oculto, limitar sus movimientos al mínimo posible, hacerse de una posición cómoda, emplear una secuencia de búsqueda en forma rutinaria, y por sobre todas las cosas, ser paciente.